NATACION INFANTIL


 

Hace unos meses en un viaje a Santa Fe visité a mi amigo Raúl Strnad quien me entregó una vieja colección de revistas que había “rematado” vía correo electrónico hace un tiempo. Recorriéndolas encontré una revista Crol (Boletín mensual de la Federación Española de Natación) de Octubre de 1971 cuyo editorial trataba sobre la natación de menores. Como me pareció interesante decidí tipiarlo y compartirlo con Uds. La fecha de publicación es correcta, vuelvo a repetirla, Octubre de 1971. Hoy seguimos discutiendo este asunto.

Jorge Aguado


 

No bueno

La natación en las categorías inferiores es un tema que preocupa a directivos y a entrenadores porque ha desorbitado su finalidad, y la experiencia está demostrando que no se obtienen los resultados precisos, y que a más largo plazo, éstos resultarán más contraproducentes.

Durante la disputa de los recientes campeonatos nacionales, Don Gambril, pronunció una charla y fueron muchas las preguntas relacionadas con la natación de menores. Y como las mismas causas producen los mismos efectos, resultó que algunos de los problemas que tienen aquí directivos y entrenadores también los tienen allí, pero lo más importante que dijo Gambril a este respecto, fue sin duda la confirmación de que aquí nos hemos pasado de rosca con los menores, y que de seguir así, vamos a un fracaso seguro.

Fue en USA donde se inició el "age group"  y que los problemas que se les presentaron no difieren de los que aparecieron en otros lugares del mundo con las mismas prácticas.

No hace aún muchos años, en España, ni en los campeonatos nacionales se celebraba la "ceremonia protocolaria" de proclamación de campeones. Hoy se realiza en todos los campeonatos por categorías y en las competencias de menores sean de la índole que sean. Incluso en las finales de cursillos. Se satisface así la vanidad de los padres, pero no se piensa en los efectos contraproducentes que tal ceremonia puede producir en la formación de los pequeños. Generalmente, el que obtiene el triunfo siente una satisfacción íntima que a la vez que le compensa el esfuerzo realizado en los entrenamientos, en los que se fraguan las marcas le sirve de estímulo para continuar éstos con interés y entusiasmo. Pero si se abusa de elementos externos para satisfacer vanidades, lo que se cons igue es fomentar el egocentrismo que es fatal para el nadador.

En USA no dan medallas a los menores, sólo un escudo de tela para coserlo al chandal. Después de los 13 años ya pueden obtener medallas, pero en los campeonatos nacionales. Obtener una copa, ya es el "sumun". Don Gambril no concebía esta fiebre medallista y copera nuestra, ni el culto al podio y eso que no se le dijo que ya habia un club que había construido uno de cinco plazas.

Este aspecto “no bueno” (no good), en expresión de Don, sobre nuestra forma de proceder va ligado a otro que es aún peor, y que también se trató con el entrenador de California. Cuando se inició la natación de menores, se hizo con poco ánimo competitivo pues lo importante era la formación física del futuro nadador, su adaptación al agua y obtener el hábito del entrenamiento para cuando verdaderamente tendría  que iniciar éste, ya en la categoría infantil. Pero las deformaciones que fueron produciéndose de forma paulatina, acabaron influyendo en la actuación de instructores, primero y entrenadores después. Y poco a poco, casi sin darnos cuenta se fue intensificando la preparación de los menores ha sta alcanzar los programas actuales, verdaderamente exagerados. No dejamos que los niños sean niños a la edad que deben serlo, y luego se rebelan cuando empiezan a ser mayores. Estamos convencidos que ésta es la causa que motiva el que tantos nadadores dejen de entrenar en serio a la edad en que por su desarrollo físico deberían empezar a obtener sus mejores marcas. Y es que no se puede ir en contra de las leyes de la naturaleza.

Volviendo a Gambril, aseguró que en su equipo no entrenan nunca los menores dos veces al día. Que se dedican más a su formación física y al logro de un buen estilo. Y que nunca queman etapas. Que aunque surja un superdotado, no le fuerzan: hace lo mismo que los demás a su edad. Así consiguen que hayan plusmarquistas mundiales a los 14 años (casos excepcionales) pero es más corriente que lo sean entre los 18 y 21 años.